jueves, 19 de marzo de 2009

Gitanillo de Ricla


(Ricla , Z., 4-II-1898 - 4-XI-1967). Uno de los matadores de toros aragoneses más destacados de la historia. «Gitanillo» unió al buen arte y al conocimiento profundo del toreo un valor realmente extraordinario, que alcanzó cotas pocas veces alcanzadas en el arte taurómaco.
A los once años comenzó a trabajar como ayudante en el comercio de caballerías; justamente el apodo de «Gitanillo» procede de la habitual dedicación a este oficio de muchos miembros de la raza gitana. Cuando tenía veinte años, en 1918, comenzaron sus escarceos taurinos, que hay que suponer tuvieron como escenario los pueblos de su tierra natal, en la solanesca y dura realidad de las capeas. El debut como novillero tuvo lugar un año después en Zaragoza, en un festejo de noveles que se celebró el 3-VIII-1919. Pronto se abrió paso gracias a su concepción torera, basada en un coraje desmedido que emocionaba intensamente a cuantos presenciaron sus actuaciones de aquel entonces. De esta forma su nombre, en alas de una creciente fama, se hizo insustituible en las novilladas que se desarrollaban en cosos aragoneses.
La carrera novilleril fue rápida. Pronto se presentó «Gitanillo» en plazas de gran importancia como Barcelona, Valencia, etc., y como sus éxitos eran continuados, llegó la presentación en Madrid, el 26-V-1921. En esta ocasión alternó con Maera y Nacional II en la lidia de reses de Atanasio Martín. Sus faenas fueron un prodigio de coraje y en ellas supo, además, añadir arte y personalidad, por lo que consiguió el objetivo de atraer el interés de los taurinos. Así no fue extraño que actuase en dicho año en 32 novilladas. Ya se le conocía con su segundo sobrenombre, «el León de Ricla», al que hizo cumplido honor en sus cuatro años de novillero y en su período de matador. En julio de 1922 logró un triunfo tan acusado en la plaza de Santander que un mes después, el día 10-VIII-1922, cuando «Gitanillo» contaba veinticuatro años de edad, tomó la alternativa en dicha plaza norteña, en corrida en la que actuó de padrino Ignacio Sánchez Mejías y como testigos Maera y Marcial Lalanda. El toro, de la ganadería de Surga, era «Tarifeño». «Gitanillo» estuvo valiente e inspirado y pocas semanas después, el 24 de septiembre, confirmó la alternativa en Madrid; Domingo Dominguín le refrendó el doctorado, actuó de testigo Joselito de Málaga, y lidió toros de Palha.
La plaza de Madrid fue escenario privilegiado de algunos de los más trascendentes triunfos de «Gitanillo». Así se recuerda la tarde del 16-V-1926, en la que Braulio Lausín alcanzó un éxito formidable, logró los máximos trofeos y fue paseado a hombros de los aficionados, entusiasmados por el arrojo y arte del torero aragonés, que en esa memorable ocasión alternó con Márquez y Villalta, con toros de Santa Coloma. Otras actuaciones madrileñas ayudaron a encumbrarlo.
En Sevilla, en Madrid, en Valencia, había sufrido cornadas importantes, pero llegó la fatídica fecha del 15-V-1927, en la que actuó «Gitanillo» en Madrid, junto con Martín Agüero y Villalta. El toro «Doradito», de Argimiro Pérez Tabernero, alcanzó al torero en el costado cuando «Gitanillo» iniciaba un lance con el capote a la espalda. La cornada fue tremenda. Los médicos que atendieron al matador aragonés llegaron a temer un desenlace rápido e inevitable. No fue así, afortunadamente, pero las heridas sufridas, en la pleura y el pulmón, cortaron la formidable carrera del «León de Ricla». En un admirable esfuerzo de voluntad, quiso «Gitanillo» probar sus fuerzas en la temporada de 1928, pero los efectos de la espantosa cornada se dejaron sentir en el torero y éste, tras actuar en Alicante, Zaragoza, Madrid y Barcelona, hubo de retirarse. Así terminaba la historia artística de este torero de leyenda, incomparable en su valor, brillante en su arte, admirable en su entereza. Tras su retirada, supo «Gitanillo» labrarse un buen porvenir valiéndose de los conocimientos adquiridos en su antiguo oficio.
• Braulio Lausín Velilla (Ricla, Z., 1933 - 2000): Hijo de «Gitanillo», quiso seguir las huellas artísticas de su padre y llevado por su afición debutó en una becerrada cuando sólo contaba trece años de edad, en la plaza de Grañén (H.). En festejos con picadores debutó en 1948, en Huesca. Actuó Braulio Lausín en 140 novilladas, cuarenta de ellas sin picadores y cien picadas. Logró éxitos importantes en la Monumental de Barcelona, en Zaragoza (una novillada de feria) y en el debut en Madrid en 1952, en festejo en el que alternó con Joselito Álvarez. Los éxitos no llegaron en la medida deseada por el espada y decidió cortar su carrera antes de tomar la alternativa el 15 de mayo de 1954, en la plaza de Vista Alegre. Braulio Lausín se dedicó a los negocios familiares, siguiendo las huellas también en ese terreno del inolvidable «Gitanillo» hasta su muerte en junio de 2000.

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